viernes, 2 de abril de 2010


Fué en abril que empezó a engordarse tu resignación.
Sin saber ni perder ni ganar, tu bandera te empezó a traicionar.
Circo y pan, como siempre fué acá, nos prendimos a jugar un mundial,
y después nadie supo saltar por los sueños que se hundieron allá.

Fué el alcohol de una bota formal, el que quiso ver mis sueños quebrar.
Nuestra cruz no se quiso acordar de los huecos de la lista oficial.
Fué en abril que empezó a engordarse tu resignación.
Sin saber ni perder ni ganar, tu bandera te empezó a traicionar.


Y no volvieron más.

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