jueves, 23 de diciembre de 2010


Puedo ponerme cursi y decir que tus labios
me saben igual que los labios que beso en mis sueños.
Puedo ponerme triste y decir que me basta
con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino,
tu pecado, tu Dios, tu asesino...

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama.
Puedo ponerme digno y decir "toma mi dirección
cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas"
Y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío...

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda
en mitad de la calle y desnuda

Y si quieres también, puedo ser tu abogado y tu juez
tu miedo y tu fe, tu noche y tu día
tu rencor, tu porque, tu agonía

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda
en mitad de la calle y desnuda.

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar...
No se puede estar mejor 

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